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sábado, 3 de noviembre de 2012

-Ejercicio 22- Pensemos negativamente


Tema: Actitudes, habilidades y valores en la comunicación intrapersonal e interpersonal. Ruido, Redundancia, Fidelidad.

PRÁCTICA: Pensemos negativamente.

Actividades: Instrucciones específicas:
Después de la lectura de cada uno de los párrafos de recomendaciones que se te dan, tu tarea inmediata es el de elaborar, de cada una de las afirmaciones, una propuesta de lo que no se debe realizar. Esta tarea la realizarás en la biblioteca de su hogar o lugar de estudio favorito.
Presentarás tus resultados en tu blog.



Recomendaciones

1.- La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. ¿Por qué demostrar a un hombre que se equivoca? ¿Has de agradarle con eso? ¿Por qué no dejarle que salve su dignidad? No se te pidió una opinión. No hacía falta. ¿Por qué discutir con él? Hay que evitar siempre el ángulo agudo. Sólo hay un modo de sacar la mejor parte de una discusión: evitarla. "Si discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del contrincante" dijo Benjamin Franklin. Piense, pues, en esto ¿Qué prefiere tener: una victoria académica, teatral, o la buena voluntad de un hombre? Muy pocas veces obtendrá las dos cosas. "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor" y un malentendido no termina nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de aprecia el punto de vista de los demás.
Pelear por tener la razón, siempre encontrarla, hacer menos a la persona para sobresalir. Crearás envidia y odio a los que te rodean.

2.- "No debe perder tiempo en discusiones personales la persona que está resuelta a ser lo más que pueda, y menos todavía debe exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina de su carácter y la pérdida de su serenidad.
Ceder en las cosas grandes sobre las cuales no puedes exhibir más que derechos iguales; y ceder en las más pequeñas aunque te sean claramente propias. Decía Abraham Lincoln: “Mejor es dar paso a un perro, que ser mordido por él al disputarle ese derecho. Ni aun matando al perro se curaría de la mordedura"
Lucha por tener el primer lugar, no dejes que otros estén delante, resalta tus virtudes y haz ver lo errores de los demás. Así conseguirás avanzar primero.
3.- Para impedir que un desacuerdo se transforme en una discusión: Acepte el desacuerdo (Cuando dos socios siempre están de acuerdo, uno de ellos no es necesario); quizás esté en desacuerdo de su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error. Desconfíe de su primera impresión instintiva. Controle su carácter. Primero escuche, dele a su oponente la oportunidad de hablar, déjelo terminar. Busque las áreas de acuerdo y expóngalas antes los demás para que las acepten o rechacen.
Impone tus ideas, evita el conflicto haciendo lo que tu quieres, nunca sedas a las peticiones y acuerdos de otros.

4.- Sea honesto; busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo, discúlpese por sus errores, eso desarmará a sus oponentes y reducirá la actitud defensiva. Prometa pensar y analizar con cuidado las ideas de sus oponentes; y hágalo en serio, sus oponentes pueden tener razón.
Agradezca sinceramente a sus oponentes por su interés. Posponga la acción de modo que ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema (sugiera otra reunión). Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones.
Justifique cualquier error aunque sea absurda, nunca acepte los errores pues no son por su culpa, siempre hay alguien más, Si se equivoca nadie lo tomará enserio y lo creerán inútil, evite a toda costa el error.
5.- Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. No empiece nunca anunciando: Le voy a demostrar tal y tal cosa. Hace que quien lo escucha quiera librar batalla con usted, antes de que empiece a hablar. Si va usted a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo está haciendo.
Si alguien hace una afirmación que a juicio de usted está errada -sí, aun cuando usted sepa que está errada- es mucho mejor empezar diciendo: Bien, escuche. Yo pienso de otro modo, pero quizá me equivoque. "Ponte rápidamente de acuerdo con tu adversario" No hay que discutir con el cliente o con el cónyuge o con el adversario. No le diga que se equivoca, no lo haga enojar; utilice un poco de tacto, de diplomacia.
Cuando converse con alguien. hágale ver inmediatamente cuando dice algo mal, interrumpa cuando vea que usted puede contradecir a tu pareja, No cedas a sus comentarios, convénsalo de que usted tiene la razón.

6.- Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Si sabemos que de todas maneras se va a demostrar nuestro error, ¿no es mucho mejor ganar la delantera y reconocerlo por nuestra cuenta? ¿No es mucho más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios ajenos?
Diga usted de sí mismo todas las cosas negativas que sabe está pensando la otra persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar. Cuando tenemos razón, tratemos pues de atraer, suavemente y con tacto, a los demás a nuestra manera de pensar; y cuando nos equivocamos -muy a menudo, por cierto, a poco que seamos honestos con nosotros mismos- admitamos rápidamente y con entusiasmo el error. "Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera".
No admita sus errores, ocúltelo, le será más fácil ver que paso por cualquier circunstancia, justifique cualquier error. No habrá peleas y seguirá viéndose exitoso. 
7.- Empiece en forma amigable. Si vienes hacia mí con los puños cerrados -dijo Woodrow Wilson- creo poder prometerte que los míos se apretarán más rápido que los tuyos, pero si vienes a mí y me dices: "Sentémonos y conversemos y, si estamos en desacuerdo, comprendemos por qué estamos en desacuerdo, y precisamente en qué lo estamos", llegaremos a advertir que al fin y al cabo no nos hallamos tan lejos uno de otro, que los puntos en que diferimos son pocos y los puntos en que convenimos son muchos, y que si tenemos la paciencia y la franqueza y el deseo necesario para ponernos de acuerdo a ello llegaremos." Es como el juicio que dice: "Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel".
La primera impresión que damos es importante, por lo cual debemos vernos poderoso, autoritarios, seguros, siempre a la ofensiva, pues todos somos lobos que esperamos sobrevivir y ser el jefe de la manada.
8.- Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente.Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.
Lo mejor para el final, haga que los problemas surjan primero y hasta que se arreglen hablen de lo que tienen en común, Destaque lo que usted cree sin importar los demás.
9.- Cuando una persona ha dicho No todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo misma. El orador hábil obtiene "desde el principio una serie de Seis", como respuesta. Discutir no da beneficios, es mucho más provechoso e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor y hacerle decir "sí, sí" desde un principio. Método socrático: obtener una respuesta de "sí, sí". Hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "seis" a su favor. Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente. Quien pisa con suavidad va lejos.
Si es expositor vaya el grano, que no le importe la reacción de los otros, tú solo vienes a hablar de cosas ciertas, crear dogmas. Si no entienden es porque son tarados.
10.- Permita que la otra persona sea quien hable más. Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar, hablamos demasiado, lo cual es un error. Dejemos que hable la otra persona. Si estamos en desacuerdo con ella, podemos vernos tentados a interrumpirla. Pero no lo hagamos. Es peligroso. No nos prestará atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman expresión. La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras. En conclusión: "Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen".
Habla, se el primero en hacerlo, demuestra todo lo que tienes, no des pausa. Es importante que tú primero expongas tus ideas, si hay tiempo aprovéchalo todo. Es más importante lo que tienes que decir que los demás.

11.- Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella.Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. ¿No sería más sagaz hacer sugestiones y dejar que los demás lleguen por sí solos a la conclusión? Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara y proponerle lo desconocido como olvidado. Dejar que la otra persona sienta que la idea es suya. "La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantiene por debajo de ellos. El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás" manifestaba Lao Tsé.
Obligue a sus compañeros a que se aprendan tus conclusiones como dogmas, no deje que nadie les gane las ideas, siempre demuestre que son tuyas las ideas, el creador, pensador, el sabio.
12.- Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo. Pero ella no lo cree. No la censure. ¿Qué pensaría, cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar? Al interesarnos en las causas es menos probable que nos disgusten los efectos. El buen éxito en el trato con los demás depende de que se capte con simpatía el punto de vista de la otra persona. "Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno muestra que considera las ideas y sentimientos de la otra persona tan importantes como los propios. El modo de alentar al interlocutor a tener la mente abierta a nuestras ideas, es iniciar la conversación dándole claras indicaciones sobre nuestras intenciones, dirigiendo lo que decimos por lo que nos gustaría oír si estuviéramos en la piel del otro, y aceptando siempre sus puntos de vista".
Calle inmediatamente a la persona que habla de algo incorrecto para usted, es mejor acabar con sus dudas y con su conversación si la cree muy banal, No le importe que piensen los demás.
13.- Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. Frase mágica que sirva para detener las discusiones para eliminar malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente: “Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera." La especie humana ansia universalmente la simpatía.
Aunque sienta lástima por las ideas de los demás no deje que le cambie de opinión, que importa como se siente, haz lo que quieras.
14.- Apele a los motivos más nobles. Por lo común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. A fin de modificar a la gente apelemos a sus motivos más nobles.
Haz lo que creas correcto, "El fin justifica los medios" es tan cierto. Que importa lo que hagas, solo consíguelo. 


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