Tema:
Actitudes, habilidades y valores en la comunicación intrapersonal e
interpersonal. Ruido, Redundancia, Fidelidad.
PRÁCTICA:
Pensemos negativamente.
Actividades: Instrucciones específicas:
Después
de la lectura de cada uno de los párrafos de recomendaciones que se te dan, tu
tarea inmediata es el de elaborar, de cada una de las afirmaciones, una
propuesta de lo que no se debe realizar. Esta tarea la
realizarás en la biblioteca de su hogar o lugar de estudio favorito.
Presentarás
tus resultados en tu blog.
Recomendaciones
1.- La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. ¿Por qué demostrar a un hombre que se equivoca? ¿Has de agradarle con
eso? ¿Por qué no dejarle que salve su dignidad? No se te pidió una opinión. No
hacía falta. ¿Por qué discutir con él? Hay que evitar siempre el ángulo agudo.
Sólo hay un modo de sacar la mejor parte de una discusión: evitarla. "Si
discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será
un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del
contrincante" dijo Benjamin Franklin. Piense, pues, en esto ¿Qué prefiere
tener: una victoria académica, teatral, o la buena voluntad de un hombre? Muy
pocas veces obtendrá las dos cosas. "El odio nunca es vencido por el odio
sino por el amor" y un malentendido no termina nunca gracias a una
discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero
deseo de aprecia el punto de vista de los demás.
Pelear por tener la razón, siempre encontrarla, hacer menos a la persona para sobresalir. Crearás envidia y odio a los que te rodean.
Pelear por tener la razón, siempre encontrarla, hacer menos a la persona para sobresalir. Crearás envidia y odio a los que te rodean.
2.- "No debe perder tiempo en discusiones personales la persona que
está resuelta a ser lo más que pueda, y menos todavía debe exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina
de su carácter y la pérdida de su serenidad.
Ceder
en las cosas grandes sobre las cuales no puedes exhibir más que derechos
iguales; y ceder en las más pequeñas aunque te sean claramente propias. Decía
Abraham Lincoln: “Mejor es dar paso a un perro, que ser mordido por él al
disputarle ese derecho. Ni aun matando al perro se curaría de la
mordedura"
Lucha por tener el primer lugar, no dejes que otros
estén delante, resalta tus virtudes y haz ver lo errores de los demás. Así
conseguirás avanzar primero.
3.- Para impedir que un desacuerdo se transforme en una discusión:
Acepte el desacuerdo (Cuando dos socios siempre
están de acuerdo, uno de ellos no es necesario); quizás esté en desacuerdo de
su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error. Desconfíe de su
primera impresión instintiva. Controle su carácter. Primero escuche, dele a su
oponente la oportunidad de hablar, déjelo terminar. Busque las áreas de acuerdo
y expóngalas antes los demás para que las acepten o rechacen.
Impone tus ideas, evita el conflicto haciendo lo que tu quieres, nunca sedas a las peticiones y acuerdos de otros.
Impone tus ideas, evita el conflicto haciendo lo que tu quieres, nunca sedas a las peticiones y acuerdos de otros.
4.- Sea honesto; busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo, discúlpese por sus errores, eso desarmará a sus
oponentes y reducirá la actitud defensiva. Prometa pensar y analizar con
cuidado las ideas de sus oponentes; y hágalo en serio, sus oponentes pueden
tener razón.
Agradezca
sinceramente a sus oponentes por su interés. Posponga la acción de modo que
ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema (sugiera otra reunión).
Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas
vibraciones.
Justifique cualquier error aunque sea absurda,
nunca acepte los errores pues no son por su culpa, siempre hay alguien más, Si
se equivoca nadie lo tomará enserio y lo creerán inútil, evite a toda costa el
error.
5.- Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. No empiece nunca
anunciando: Le voy a demostrar tal y tal cosa. Hace que quien lo escucha quiera
librar batalla con usted, antes de que empiece a hablar. Si va usted a
demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que
nadie piense que lo está haciendo.
Si
alguien hace una afirmación que a juicio de usted está errada -sí, aun cuando
usted sepa que está errada- es mucho mejor empezar diciendo: Bien, escuche. Yo
pienso de otro modo, pero quizá me equivoque. "Ponte rápidamente de
acuerdo con tu adversario" No hay que discutir con el cliente o con el
cónyuge o con el adversario. No le diga que se equivoca, no lo haga enojar;
utilice un poco de tacto, de diplomacia.
Cuando converse con alguien. hágale ver inmediatamente cuando dice algo mal, interrumpa cuando vea que usted puede contradecir a tu pareja, No cedas a sus comentarios, convénsalo de que usted tiene la razón.
Cuando converse con alguien. hágale ver inmediatamente cuando dice algo mal, interrumpa cuando vea que usted puede contradecir a tu pareja, No cedas a sus comentarios, convénsalo de que usted tiene la razón.
6.- Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Si sabemos que de todas maneras se va a demostrar nuestro error,
¿no es mucho mejor ganar la delantera y reconocerlo por nuestra cuenta? ¿No es
mucho más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios
ajenos?
Diga
usted de sí mismo todas las cosas negativas que sabe está pensando la otra
persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya
tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar. Cuando
tenemos razón, tratemos pues de atraer, suavemente y con tacto, a los demás a
nuestra manera de pensar; y cuando nos equivocamos -muy a menudo, por cierto, a
poco que seamos honestos con nosotros mismos- admitamos rápidamente y con
entusiasmo el error. "Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero
cediendo se consigue más de lo que se espera".
No admita sus errores, ocúltelo, le será más fácil
ver que paso por cualquier circunstancia, justifique cualquier error. No habrá
peleas y seguirá viéndose exitoso.
7.- Empiece en forma amigable. Si
vienes hacia mí con los puños cerrados -dijo Woodrow Wilson- creo poder
prometerte que los míos se apretarán más rápido que los tuyos, pero si vienes a
mí y me dices: "Sentémonos y conversemos y, si estamos en desacuerdo,
comprendemos por qué estamos en desacuerdo, y precisamente en qué lo
estamos", llegaremos a advertir que al fin y al cabo no nos hallamos tan
lejos uno de otro, que los puntos en que diferimos son pocos y los puntos en
que convenimos son muchos, y que si tenemos la paciencia y la franqueza y el
deseo necesario para ponernos de acuerdo a ello llegaremos." Es como el
juicio que dice: "Una gota de miel caza más moscas que un galón de
hiel".
La primera impresión que damos es importante, por
lo cual debemos vernos poderoso, autoritarios, seguros, siempre a la ofensiva,
pues todos somos lobos que esperamos sobrevivir y ser el jefe de la manada.
8.- Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente.Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay
divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en
que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al
mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.
Lo mejor para el final, haga que los problemas
surjan primero y hasta que se arreglen hablen de lo que tienen en común,
Destaque lo que usted cree sin importar los demás.
9.- Cuando una persona ha dicho No todo el orgullo que hay en su
personalidad exige que sea consecuente consigo misma. El orador hábil obtiene "desde el principio una serie de
Seis", como respuesta. Discutir no da beneficios, es mucho más provechoso
e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor y
hacerle decir "sí, sí" desde un principio. Método socrático: obtener
una respuesta de "sí, sí". Hacía preguntas con las cuales tenía que
convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que
tenía una cantidad de "seis" a su favor. Seguía preguntando, hasta
que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una
conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente. Quien pisa
con suavidad va lejos.
Si es expositor vaya el grano, que no le importe la
reacción de los otros, tú solo vienes a hablar de cosas ciertas, crear dogmas.
Si no entienden es porque son tarados.
10.- Permita que la otra persona sea quien hable más. Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a
nuestro modo de pensar, hablamos demasiado, lo cual es un error. Dejemos que
hable la otra persona. Si estamos en desacuerdo con ella, podemos vernos
tentados a interrumpirla. Pero no lo hagamos. Es peligroso. No nos prestará
atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman
expresión. La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus
hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras. En conclusión: "Si
quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que
tus amigos te superen".
Habla, se el primero en hacerlo, demuestra todo lo
que tienes, no des pausa. Es importante que tú primero expongas tus ideas, si
hay tiempo aprovéchalo todo. Es más importante lo que tienes que decir que los
demás.
11.- Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella.Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra
persona. ¿No sería más sagaz hacer sugestiones y dejar que los demás lleguen
por sí solos a la conclusión? Al hombre hay que enseñarle como si no se le
enseñara y proponerle lo desconocido como olvidado. Dejar que la otra persona
sienta que la idea es suya. "La razón por la cual los ríos y los mares
reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantiene por
debajo de ellos. El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca
debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás"
manifestaba Lao Tsé.
Obligue a sus compañeros a que se aprendan tus
conclusiones como dogmas, no deje que nadie les gane las ideas, siempre
demuestre que son tuyas las ideas, el creador, pensador, el sabio.
12.- Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo.
Pero ella no lo cree. No la censure. ¿Qué
pensaría, cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar? Al interesarnos en las
causas es menos probable que nos disgusten los efectos. El buen éxito en el
trato con los demás depende de que se capte con simpatía el punto de vista de
la otra persona. "Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno
muestra que considera las ideas y sentimientos de la otra persona tan
importantes como los propios. El modo de alentar al interlocutor a tener la
mente abierta a nuestras ideas, es iniciar la conversación dándole claras
indicaciones sobre nuestras intenciones, dirigiendo lo que decimos por lo que
nos gustaría oír si estuviéramos en la piel del otro, y aceptando siempre sus
puntos de vista".
Calle inmediatamente a la persona que habla de algo
incorrecto para usted, es mejor acabar con sus dudas y con su conversación si
la cree muy banal, No le importe que piensen los demás.
13.- Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. Frase mágica que sirva para detener las discusiones para eliminar
malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente:
“Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su
lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera." La especie
humana ansia universalmente la simpatía.
Aunque sienta lástima por las ideas de los demás no
deje que le cambie de opinión, que importa como se siente, haz lo que quieras.
14.- Apele a los motivos más nobles. Por lo común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón
que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. A fin de modificar a
la gente apelemos a sus motivos más nobles.
Haz lo que creas correcto, "El fin justifica
los medios" es tan cierto. Que importa lo que hagas, solo
consíguelo.
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